martes, 29 de enero de 2013

Poema 7









                                                                                                                     Málaga, 10 de mayo de 2.012


Entre en el invernadero,
aquel en el que se reúnen las flores más bellas,
y vi que una de ellas estaba triste y sin colores,
salvo el rojo, que lo invadía todo.
Corrí en busca del jardinero.
"Tu flor preciada tiene mal el carpelo.
Debemos estirpar con cuidado su estilo".
El jardinero sentenció, sin atreverse a mirarme.
¿Pero ahora los zánganos no la polinizaran?
Tu no te preocupes, me dijo,
y al volver la cara, vi  el sarcasmo reflejado en los cristales.
Entiendo qué me quería decir, que los zánganos,
desde hace tiempo,  no eran agentes polinizadores...

A las flores, como a las personas, 
no has de acoger, ni proteger con cariño...



©Bernardo Iribarnegaray


Este poema se lo dedique a una amiga, pero nunca se entero que era para o por ella.

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